Querido amigo lector

Mañana es uno de esos días que quizá lleves marcado en el calendario. Yo lo apunto en mi agenda desde hace años, no porque sea el más importante del mundo (sin duda, hay muchas y muy variadas fechas dignas de recordar), sino porque es uno de los que más disfruto.

Si estás leyendo esto es que eres una persona joven; si estás leyendo esto es que aún abres los libros con ilusión, con amor, con ganas de aprender; si estás leyendo esto es porque sabes que aún te quedan muchas páginas que llevarte a los ojos, muchas palabras que leer, muchas lecturas que disfrutar. Y precisamente por eso escribo esta carta.

Seguramente en tu colegio o tu instituto algún profesor ha organizado un evento con motivo del Día del Libro. Si has tenido suerte, quizá los cinco días lectivos se dediquen a una especie de "Semana Cultural" que toque varios palos, todos ellos interesantes. Si no es así, me juego el pergamino que lleva mi peluche de Hedwig en el pico a que el profesor de Lengua y Literatura os prepara algo en clase. Y si nos ponemos en lo peor, siempre (siempre, siempre) te quedan las bibliotecas. Sea como sea, tanto si son actividades vistosas como si son más pequeñas, escucha esto: tu misión mañana es PARTICIPAR.

Son varias las razones por las que celebramos el Día del Libro (Cervantes, Shakespeare, San Jorge...) pero, a mi entender, la mejor de todas es que abrir un libro es abrir la mente y abrirse a la cultura, es la garantía de que poco a poco vamos pensando solos, vamos formando nuestros juicios, vamos creciendo y aprendiendo. Por eso, si mañana asistes a una charla, un encuentro con un autor, una lectura conjunta, un recital de poesía… o a lo que se tercie, tú, que eres lector, que eres joven, tienes mucho que hacer. Escucha, aprende, estrena tu cuaderno de notas, aplaude, apunta futuras lecturas, comparte tus impresiones sobre lo que has leído, pregunta si tienes ocasión, deja que te recomienden un libro, busca ese ejemplar que quieres regalarte, siente que formas parte de algo muy grande, vuelve a casa con los ojos como platos, y no te extrañes si te da vueltas la cabeza, es normal tras disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece una librería.

Nosotros, los jóvenes, somos el presente y el futuro de un movimiento que comenzó hace siglos, cuando abrir un libro o conocer una historia aún era un privilegio. Ahora que leer es un derecho, también es nuestro deber ser partícipes de todo lo que representa un libro, para nosotros y para los demás.

Participa, y cuando lo hayas hecho ven a este rincón a contarnos en qué ha consistido tu Día del Libro.