Los retos del libro electrónico

El libro electrónico cada vez está más consolidado en España; así lo demuestran las estadísticas de ventas, el uso de e-readers en el transporte público, y el éxito de plataformas como Amazon y los sellos editoriales exclusivamente digitales. No obstante, el hecho de que el e-book exista y haya lectores que se decanten por este formato no significa que se le esté sacando todo el rendimiento posible. ¿Cuáles son los retos que debe afrontar el e-book en el futuro?

1. Disponibilidad en todas las tecnologías de publicación, en especial EPUB (el formato más común) y Kindle (el de Amazon). La finalidad es llegar al mayor número de lectores posible; que sea la editorial la que se adapte al público y no el público quien tenga que hacer malabares para encontrar el archivo adecuado para su e-reader.

2. Precio competitivo. En este punto es tal vez donde existe un mayor caos en el mercado editorial: mientras que algunos sellos apuestan por vender sus e-books bastante baratos, incluso con un precio inferior a 5 €, otros se mantienen en las cifras que les permiten cosechar mayores beneficios, aunque eso suponga vender el libro por más dinero que su equivalente en edición de bolsillo. Esto no puede seguir así: no se trata de regalar nada (no hay que olvidar que cualquier novela, digital o impresa, conlleva unos costes de edición y promoción que se deben cubrir con las ventas, por no hablar del elevado IVA del formato digital), sino de proponer unas cantidades que sean asequibles para los consumidores y razonables para los empresarios. Entre 5 y 8 € se puede considerar una buena cifra.

3. Gestión de los derechos. El uso del sistema de protección DRM (Digital Rights Management) está causando bastante malestar entre los lectores, dado que con esta tecnología solo es posible leer el e-book en el dispositivo en el que se ha descargado, lo que impide prestarlo a otras personas o disfrutar de él en otro aparato. Aun así, tiene a su favor el hecho de proteger los contenidos de la piratería. ¿Quién debe ceder: la industria editorial o los consumidores? Por fortuna, se está investigando para encontrar alternativas que combatan las copias ilegales sin resultar abusivas para los compradores potenciales.

4. Facilidad de navegación. Los e-readers tienen la ventaja de permitir saltar de un capítulo a otro sin necesidad de leer página por página; asimismo, también suelen ofrecer conexión a Internet, por lo que permiten que el lector comparta en directo sus impresiones de la lectura en medios como las redes sociales. Sin embargo, algunos dispositivos todavía presentan problemas de navegación o carecen de una conexión lo suficientemente eficiente. Se debería trabajar en este sentido para proporcionar la máxima comodidad al lector.

5. Ofrecer un producto atractivo. Lo habitual en España es que el e-book sea una réplica digital de su equivalente impreso, con lo que no es de extrañar que muchos lectores sigan sin ver el atractivo de este formato. Una buena solución puede ser sacar partido al libro electrónico en aquellos aspectos en los que el tradicional no llega: incorporación de material extra interesante (primeros capítulos de otros libros del autor, entrevistas, curiosidades del proceso de escritura…) y uso adecuado del hipertexto (es decir, incorporar enlaces en el propio texto o en las notas a pie de página que lleven a otras webs, canciones o vídeos relacionados con la trama de la novela). En este sentido, la edición digital de Pomelo y limón es un buen ejemplo: contiene enlaces a otras páginas directamente vinculadas a la historia (blog de la protagonista, canciones…) e  incluye información adicional. En el caso de la literatura juvenil, además, resulta más importante todavía potenciar estas cuestiones porque el lector joven es quien más familiarizado está con el entorno informático y probablemente sabrá apreciar este tipo de recursos. Lo ideal sería dar un trato personalizado a cada libro para ver qué cuestiones se pueden potenciar en su edición digital.

En conclusión, aunque siempre habrá lectores que se decanten por las novelas impresas de toda la vida, no hay que dejar de lado a aquellos que apuestan por el e-book, lo que significa cuidar el producto al máximo, tanto en lo relativo a la comodidad del formato como en la potenciación de los puntos fuertes de la edición digital.