De lo útil de las ilustraciones

Cuando te hablan de un libro que está ilustrado, solemos pensar que qué bien: un libro que te cuenta una historia y que además ciertos pasajes importantes de ésta se han inmortalizado con una serie de dibujos... Entendemos que esas ilustraciones nos narran con una imagen lo que el escritor nos ha descrito con palabras, que ese dibujo nos aclara a la perfección cómo es ese personaje en concreto, o cómo se desarrolló exactamente aquel momento tan importante de la historia. Y es cierto que esa debe ser una de las funciones básicas de ilustrar un texto, si no la más importante y fundamental.


Pero por otro lado siempre he pensado que la ilustración podría ofrecernos algo más que la simple descripción visual de una acción o un personaje. Estas píldoras de los libros ilustrados podrían ofrecernos información privilegiada de aspectos de la historia, que si no se cuentan en la ilustración, nadie conoceríamos. Que la ilustración no sólo subrayase información, sino que aportase nuevas características a la historia. Siendo así, cuando en un libro llegásemos a la ansiada página de la ilustración, las ganas de toparnos con ella serían dobles, ya que el ilustrador nos va a mostrar cómo eran realmente esos verdes valles que nos describe el autor. Pero también vamos a descubrir algún elemento interesante e importante para el devenir de la historia, ahí, escondido entre los abetos, junto al riachuelo de gélidas aguas procedente de las montañas violetas. Ahí espera agazapada una sorpresa para el que busque y luego siga leyendo...


Soy consciente de que esto obligaría a los escritores a trabajar más y de una manera diferente de como lo hará la mayoría, pero no olvidemos que de lo que se trata es de entretener al lector y mantener viva la llama y la emoción en esto de contar historias, y me parece que crear una premisa de este tipo avivaría mucho todo esto. Que no digo que esté muerto, para nada, pero un tronquito más a la hoguera no va  a hacer otra cosa que ayudar.


Creo que sería un nuevo peldaño en lo que significa la ilustración en los libros. Es como incorporar un pequeño juego al gran juego que ya es escribir una historia y ponerla en la cabeza de cada lector.


Estoy convencido de que si concibiesen la creación de todos los libros con una parte adicional gráfica y visual, todo ganaría, y más aún cuando el escritor ya cuenta que su historia va a ser ilustrada en unos cuantos dibujos y además puede contar con una segunda vía de narración a través de una serie de detalles escondidos y arrojados en las composiciones de los dibujos.


Ya sé que todo esto es una fantasía, que es prácticamente imposible que nadie se planteara crear libros de esta manera. Pero yo soy lector, y dibujante, y como ambos estaría feliz de que algo así sucediese.


Así que, con un pincel en la mano derecha, brindo por una ilustración realmente útil, donde, aparte de su eterna condición de estar supeditada a un texto, tuviese vida propia en el libro y aportase cosas únicas. Todo sea por la diversión y la magia...