Monster High

Monster High apuesta por la diversión desenfrenada bajo la premisa de qué sucedería si los nietos adolescentes de los monstruos más famosos se reuniesen en un mismo instituto. El libro es pura diversión y como tal hay que tomarlo: abundan las escenas totalmente surrealistas e hilarantes y en muchas ocasiones la autora no parece tomarse su propia novela muy en serio. Las alusiones a series, películas, música o libros destinadas al público juvenil o de actualidad son constantes (Gossip Girl o Beyoncé, por ejemplo). La mayor pega que se le puede poner es la falta de definición de los personajes, especialmente de los chicos en los que se fijan las protagonistas, porque llegan a ser tan planos e iguales que en ocasiones resulta difícil distinguir a unos de otros. Además, el argumento bien podría haber ahondado más en el tema de que ser diferente no es algo malo, pero se queda en lo superficial y sigue una línea argumental un poco floja. Como sucede más a menudo de lo que debiera, las protagonistas se preocupan esencialmente de ir detrás de los chicos que les gustan, mostrándose celosas y superficiales a más no poder. Otro punto flaco es que se ha forzado demasiado un final abrupto para enganchar a los lectores hacia una segunda novela que, sinceramente, quizá esté un poco de más. ¿Hasta dónde se puede estirar una historia tan plana? Nos encontramos ante un producto totalmente fabricado que cuenta, además de con una página web interactiva, con una banda sonora, pequeñas piezas de animación y un amplio merchandising.


. El reclamo de la edición española, "¡Ser diferente mola!", se queda en eso, un simple eslogan, ya que la novela apenas incide en las diferencias entre los monstruos y los adolescentes normales; quizá haya que esperar a una segunda entrega para eso. Sin duda, lo mejor de todo es tratar de averiguar a medida que se lee quiénes son monstruos y quiénes normis, y es que algunos personajes son muy evidentes, pero otros no tanto.