Hans Christian Andersen

Hans Christian Andersen fue un escritor y poeta danés famoso sobre todo gracias a sus cuentos para niños, entre ellos El patito feo y La Sirenita.
Nació en una familia extremadamente pobre, hasta hubo ocasiones en las que debió dormir bajo un puente y mendigar por un poco de pan. Su padre, de tan sólo veintidós años, era un hombre muy enfermizo que ejercía el noble oficio de la zapatería; y su madre, una protestante que se dedicaba a lavar los trapos de los demás mientras se hundía en la mortal vereda del alcohol.
En 1816 murió su padre y Hans tuvo que abandonar la escuela, pero no perdió oportunidad de leer todo cuanto tuvo delante, convirtiendo su imaginativa personalidad en una bomba de relojería. Aquella magia que bullía dentro de sí tenía que salir por algún lado y así fue como decidió convertirse en cantante de ópera, por lo que se mudó a Copenhague; sin embargo, las cosas no le salieron como había previsto, ya que le tildaron de orate y, de nuevo pobre, le condenaron. Lo único que pudo salvar de aquella etapa de su vida fueron algunas amistades muy valiosas con los músicos Christoph Weyse y Siboni, y el poeta Frederik Hoegh Guldberg.
Nuevamente trató de sacar partido a su talento natural con las artes y se inscribió como alumno de danza en el Teatro Real de la ciudad, llegando incluso a interesar al rey Federico VI, quien lo envió a una prestigiosa escuela de Slagelse. Pero siendo tan perezoso con los estudios como era, aquellos años en ese lugar resultaron ser los peores de su vida.
Más tarde volvió a Copenhague y por fin dio con la rama artística que lo inmortalizaría de por vida, la literatura: en 1827 logró publicar su primer poema, El niño moribundo, en una de las revistas más prestigiosas. Impulsado por su éxito, ingresó en la Universidad de Copenhague y poco después publicaría Un paseo desde el canal del Holmen a la punta Este de la isla de Amager, que supuso su mayor éxito hasta el momento.
Su inspiración venía de lugares muy lejanos, ya que Andersen poseía un alma viajera. Le gustaba anotar todo cuanto le interesaba de los periódicos y de allí sacaba esas ideas tan trágicas para sus escritos. En su bibliografía cuenta con una novela y poema para cada país: por ejemplo, la crónica Siluetas la escribió al llegar de un viaje de Berlín y terminó su novela Improvisador justo después de haber visitado Roma.
Gracias a todo esto a Hans Christian Andersen ya se le consideraba un escritor notable, aunque todavía quedaba camino por recorrer. En 1835 escribió Historias de aventuras para niños, unos relatos que al principio no gozaron de un éxito arrollador pero que fueron cogiendo fuerza, hasta llevar al autor a escribir su segunda antología de cuentos infantiles, Cuentos nuevos. En ella se encuentran por fin sus historietas más famosas, entre las que destacan El patito feo, El traje nuevo del emperador y La sirenita.
Estos relatos han pasado de generación en generación, se han traducido a más de 80 idiomas y han sido adaptados a lo largo del tiempo de muy diversas maneras: dibujos animados, películas de Hollywood, cuentacuentos, videojuegos, juegos de mesa, etc.
Murió el 4 de agosto de 1875 a consecuencia de las heridas graves que le produjo una caída desde su propia cama. Fue enterrado en Rolighed, cerca de Copenhague, y en la actualidad se le rinde homenaje cada dos años con el Premio Andersen de literatura infantil.

* Selección de libros de Andersen: El patito feo, La sirenita, El soldadito de plomo, El traje nuevo del emperador, Pulgarcita, Los zapatos rojos, Las habichuelas mágicas, La niña de los fósforos.

* Páginas web de interés: http://www.hcandersen-homepage.dk / http://www.andersenstories.com / http://cvc.cervantes.es/literatura/andersen/default.htm